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Tal como se ha mencionado, por desgracia, no es posible generar una solución infalible al problema del Sharenting, más que mostrar a los padres y madres las consecuencias negativas que conlleva estas prácticas. Mediante una campaña rompedora, con un único mensaje e hilo conductor: «Los menores no son un producto», Se pretende que los padres y madres teman en cierta manera, que los vídeos y fotos de sus hijos menores de edad sea públicas.
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Estamos ante un nuevo cambio de paradigma social con la aparición de la cuarta ola del feminismo. Se ha ocupado un espacio virtual y ha quedado en exposición los pluralismos, las diversidades de discursos y la transversalidad de los feminismos.
Así mismo se ha multiplicado los nodos y redes de sororidad y apoyo ante violencias y agresiones, que pasan por acciones en espacio físico como en el espacio virtual.
Nos encontramos con iniciativas tipo , que mandan mensajes positivos masivos a mujeres que enfrentan violencia en línea, haciendo que los mensajes de los acosadores queden en un segundo plano; o manuales de actuación en caso de violencias ya que la respuesta a las agresiones, si es posible, no ha de ser la autocensura, sino la reivindicación de derechos o acciones de autodefensa en la red.
La red, el espacio virtual, a permitido la multisincronisidad, el aprendizaje y difusión de discursos y recursos a través de vídeos, podcasts, libros digitales, etc, sin necesidad de coincidir temporalmente.
Se plantea una solución híbrida al problema del acoso y a la violencia machista en las redes.
Por un lado la propuesta de un portal web y/o una app en la que se puedan encontrar diferentes recursos, tantos legales como estrategias de desobediencia. Este portal, más allá de recoger diferentes discursos, lo que ofrecerá son enlaces a recursos prácticos y útiles para defender, individual o colectivamente, de las agresiones virtuales.
Hemos detectado cómo la velocidad de la información es un elemento clave. Es por esto que la creación de un portal que recoja todos los recursos e iniciativas puede ayudar a reducir el tiempo de búsqueda en la red de soluciones posibles.
El contenido de este portal se podría dividir en diferentes secciones:
La necesidad de este portal se justifica en la simplificación de búsquedas de recursos en la red, que lleguen estos datos de una forma directa, sencilla y relevante, con un tono cercano, dirigido a todo tipo de mujeres. Como comentábamos es muy importante la velocidad en la que se trasmite la información y este portal tomaría control sobre la aleatoriedad implícita en el Big Data, permitiendo que cierta información relevante esté disponible de forma inmediata.
Teniendo en cuenta la diversidad de discursos y las iniciativas propias generadas a través de diferentes plataformas, tanto a nivel individual como de forma colectiva, el objetivo de este portal no es la unificación de la propuesta sino la exposición de las mismas.
Sin duda una problemática a esta solución podría ser la actualización de contenidos. Es por esto que se propone un formulario para poder recibir nuevas propuestas de enlaces y un buscador integrado con la tecnología de google con filtros aplicados para que la usuaria pueda hacer búsquedas filtradas con ciertos tags..
La plataforma está pensada en castellano y con información relevante en el territorio español, como es el caso de teléfonos de contacto o direcciones).
Es importante que las acciones no sólo sean reactivas sino preventivas. Es por esto que proponemos que el 25N, que hasta ahora se ha centrado en las violencias en los espacios físicos le de un espacio y dedique las jornadas a la reflexión sobre las violencias en el espacio virtual. Para ello se propone:
De esta manera abordamos dos espacios, que como se ha comentado durante el artículo, son interdependientes unos de otros. Por un lado se trabaja las relaciones de poder y violencia a través de las redes y por otro se intenta concienciar y educar desde las aulas generando discursos abiertos por canales de comunicación tradicionales que sin duda tendrán efecto tanto los espacios físicos como en Telépolis.
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La tendencia del Sharenting trae muchas consecuencias negativas a largo y corto plazo: efectos psicológicos del menor de edad al no poder confiar en sus padres por miedo a la publicación por su parte en la redes sociales, el uso ilícito de imágenes posteadas, ya sea por parte de depredadores sexuales o de compañeros de clase para el ciberbullying, la huella digital que deja a su paso el publicar información que puede convertirse en sensible para la realización de fraudes cibernéticos, y el grooming por el que podrían ser víctimas, ya que el acosador tiene en sus manos datos e información que puede utilizar para engañar a su víctima.
Una vez que se han nombrado todas los problemas perjudiciales derivados del Sharenting, mostraremos algunas posibles soluciones:
La mayoría de usuarios no leen las políticas de privacidad de los programas, apps o redes sociales que instalan, de igual manera no leen los manuales de instrucciones cuando se compran un televisor. Las redes sociales no son aptas para menores. La edad oscila dependiendo cual, en este caso vamos a ver que dice Instagram:
Instagram no recopila ni solicita conscientemente ninguna información de usuarios que no hayan cumplido aún los 13 años de edad, ni permite a sabiendas que dichas personas se registren en el Servicio. El Servicio y su contenido no están destinados a menores de 13 años. En el caso de que sepamos que recopilamos información personal de un menor de 13 años de edad sin el consentimiento paterno, eliminaremos esa información lo antes posible. Si consideras que podemos poseer alguna información de un menor de 13 años de edad o sobre este, ponte en contacto con nosotros.
Se vuelve a lo mismo: si son los padres o madres quienes publican fotografías o videos de sus hijos menores, son libres de recopilar y almacenar dicha información.
Quizás las redes sociales deberían incidir más en las consecuencias que conlleva el uso de las imágenes y dar otras alternativas a las mismas, como que sean privadas y solo sean públicas para personas de un solo grupo compuesto por familia y amigos.
2. La geolocalización
Por defecto, la mayoría de las fotografías hechas con teléfonos celulares contienen metadatos, como la fecha, la hora, si se usó o no flash, la resolución en píxeles y las coordenadas donde se tomaron las imágenes. Con solo la imagen, es realmente sencillo extraer la información de geolocalización. Y aunque puede parecer que no tiene importancia, si se trata de una foto de un menor de edad, cualquier depredador podría aprovechar esta brecha para acercarse a su víctima. Es por esta razón, que los metadatos no deberían de poder leerse de forma tan fácil.
Algo similar pasa con las opciones que dan algunas redes sociales, que permiten mostrar el lugar exacto donde se tomó la foto en la misma publicación. Aunque la mayoría tienen esta opción desactivada por defecto, son pocas las personas que no lo muestran. Solo hace falta recurrir al Hashtag mencionado anteriormente Instamamis y echar un vistazo rápido a las publicaciones. No se tarda demasiado en encontrar una publicación en que se ve el lugar donde se ha tomado la foto:
3. Actualizaciones de las leyes actuales
Tal como hemos visto en el apartado 3.5, las leyes actuales no recogen ningún artículo que proteja de manera alguna la sobreexposición de los menores en las redes sociales, siempre que sean los tutores legales quienes las publican. Por otro lado, las redes sociales no permiten el uso de estas en manos de menores de 13 o 16 (depende de cual) por lo que todo queda en manos de los padres. Bajo esta premisa, sería interesante el análisis y la actualización de las leyes para protegerlos de estos vacíos legales, ya que con la publicación de sus imágenes y videos no tienen voz ni voto.
Tal como se ha mencionado, los canales y cuentas protagonizadas por menores ganan cantidades exageradas de dinero, dinero que por supuesto gestionan y se quedan los progenitores, los encargados de administrar dichas cuentas. Quizás las redes sociales no deberían de permitir que las cuentas con menores detrás tengan la opción de monetización, quizás de esta forma, miles de cuentas de este tipo dejarían de existir (y así se evitaría la creación de nuevas cuentas).
El auge de la tecnología ha llegado tan deprisa que la sociedad no ha podido actualizarse al unísono. A no ser que esas personas tengan una profesión relacionada con el mundo digital, la mayoría de personas no son conscientes de los peligros de internet. Por esta razón existen tantos casos de Phishing, robo de datos, crímenes bancarios, etc. Considerando esto, no solo por el peligro de la publicación de fotos de menores, es importante que en los centros educativos se empiecen a impartir clases relacionadas. Y para los adultos, quizás la información debería darse de forma más directa y sencilla, y evitar textos tan largos para advertir sobre el uso de las redes sociales.
De todas las soluciones posibles para poder proteger a los menores, la mayoría depende de terceros: por un lado de las propias redes sociales que deberían de poner medidas para preservar la intimidad de los niños y niñas, y también dependen de los gobiernos de los países, que deberían de crear y/o actualizar las leyes. Bajo la dificultad de poder afrontar el problema con todos los puntos mencionados, la solución más realista sería centrarse en la educación digital. En este caso, a nivel digital, lo ideal sería crear una página web, centrada en los peligros del Sharenting, la publicación de contenido protagonizado por menores de edad. De esta manera, podemos concentrar la solución en la raíz del problema, que son los progenitores que administran este tipo de cuentas.
El sitio web podría tener una estructura parecida a la campaña utilizada por UNICEF para la concienciación del peligro de las redes sociales en niños y adolescentes:
https://www.unicef.es/educa/biblioteca/videos-educativos-riesgos-redes-sociales
En esta página se muestran 5 videos no muy largos, donde se muestran los peligros tales como que no se debería publicar en las redes y quién lo puede ver, a quien dan accesos al aceptar una “inocente” petición de amistad… En resumen, advierten de diferentes formas los problemas que pueden derivar del hecho de la publicación de toda la información íntima en internet. No obstante, esta campaña está enfocada a los propios menores (niños y adolescentes) y no a los adultos que hacen Sharenting. En nuestro sitio web se mostrarían videos cortos mostrando los peligros y consecuencias que conlleva esta tendencia, desde pornografía infantil hasta el ciberbulling, pasando por los daños psicologicos que pueden derivar del Sharenting. Los videos mostrados no tendrán un aire inocente, sino rompedor y frío, donde se enseñe se forma cruel y despiadada lo negativo del Sharenting. También se podrían conseguir testimonios de niños y niñas que ahora ya han crecido y pueden explicar desde su propio punto de vista las consecuencias psicológicas y sociales que les ha causado el hecho de que sus vidas y experiencias sean públicas. Otra idea sería el explicar una sola historia, protagonizada por un único individuo, y dividida en los principales problemas que deben afrontar a causa de su sobreexposición. Con esta campaña se buscará que el adulto se ponga en la piel del menor, que se sienta igual de vulnerable y desprotegido frente a los peligros de internet, y experimente como su intimidad y su vida no está controlada por sí misma, sino por otra persona que cree tener la potestad y el poder de mostrar lo que quiera de ella.
Se debe ahondar en la raíz del problema, en este caso se deberá centrar el foco de atención en aquellos padres y madres que publican sin ninguna duda todo lo que hacen sus hijos. Todo a cambio de “me gusta” o dinero. Es importante poder concienciar de alguna manera de los peligros que conllevan estos actos, que en un principio pueden parecer inofensivos, pero que acarrean consecuencias mucho más profundas. Si todos los padres y madres supieran a ciencia cierta esto, quizás se plantearía seriamente si vale la pena el sacrificio.
A continuación voy a poner el texto de una historia de una persona anónima que explica su experiencia siendo hija de unos padres que practicaban el Sharenting. No puedo asegurar con exactitud si es una historia cierta, lo que sí puedo asegurar es que podría serlo perfectamente:
«Yo (17 años) fui criada por padres que hacían vlogs.
Comenzaron a hacer vlogs cuando yo tenía alrededor de 7 años y dejaron de hacerlo hace tres años. Quiero evitar en gran medida la especulación sobre quién es mi familia, por lo que no compartiré muchos más detalles. El canal tenía más de 500 mil suscriptores. Mis padres finalmente se detuvieron cuando hubo una crisis de salud mental en mi familia como resultado del canal (esto nunca se compartió en línea).
Si eres un vlogger familiar o lo estás considerando, lee esto y considera mi perspectiva. Hace tiempo que quería compartir pero no sabía cómo hacerlo.
Me encantó por un tiempo, me encantaba ser el centro de atención mientras la cámara estaba encendida y me encantaba recibir más juguetes. Dejé de amarlo cuando me di cuenta de que la única vez que recibía atención era cuando la cámara estaba encendida, y la única vez que recibía juguetes era cuando actuaba de la forma en que debía hacerlo.
Voy a enumerar algunas cosas que sucedieron y cómo nos afectaron.
Mis hermanos y yo estábamos tan paranoicos porque había cámaras sobre nosotros que el único lugar en el que nos sentíamos cómodos cambiándonos era en el baño con las luces apagadas.
No podía hablar con mi madre sobre nada cuando mi salud mental comenzó a empeorar porque tenía demasiado miedo de que lo compartiera en línea. Si le hubiera pedido que no lo hiciera, no habría habido ninguna diferencia. Ahora apenas tengo una relación con ella.
Mi madre consideró educarnos en casa para tener más tiempo para crear contenido durante el día.
La madre de mi mejor amiga dijo que ya no quería que mi amiga fuera mi amiga porque mi madre seguía filmándola sin permiso. A mi madre no le importaba lo molesto que estaba.
No tuve un solo momento privado. Mi madre me despertó con la cámara encendida y, a menudo, filmaba hasta que nos íbamos a dormir.
Nos filmó en el baño y, aunque intentó sacarlo de Internet, lo descargó y está en línea para siempre
Ella compartió cuando tuve mi período a pesar de que le dije que no quería que lo hiciera.
Alguien intentó secuestrar a mi hermana y lo encontró fácil porque sabían su nombre completo, dirección, escuela y detalles sobre ella. Mi hermana no sabía que él era un extraño porque sabía mucho sobre ella.»
Enlace a la fuente original: https://www.reddit.com/r/TrueOffMyChest/comments/yuzsno/i_was_brought_up_by_family_vloggers_and_it_ruined/
En este testimonio (que repito no puedo asegurar que sea verídico) muestran en gran medida algunas consecuencias mencionadas, incluso algunas que no he tenido en consideración, como el intento de secuestro que cita, derivado a la facilidad de localizar los datos por parte del depredador. Lo que más se destaca es la pérdida de intimidad y la desconfianza con sus propios padres.
Considero también, que poco a poco aparecerán más casos como este, el Sharenting está en auge, cada vez se crean más cuentas donde los protagonistas son los menores. Repito algo que ya he mencionado anteriormente: No se conoce ningún otro momento en la historia en que una generación de niños haya tenido una infancia tan pública. Quizás sea el momento de pararlo.
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A continuación adjunto el artículo con la propuesta de solución transversal híbrida, a la problemática que comenté en anteriores Pec. Por otra parte, observamos un mapa conceptual sobre la resolución de este problema.
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El presente artículo pretende analizar la importancia de las nuevas tecnologías en la implosión del feminismo actual y cómo, en consecuencia podemos hablar de un nuevo paradigma social. Analizaremos cómo se han creado las redes feministas a través del big data, cómo los discursos atraviesan no sólo la red sino la forma de producirlos creando tensiones entre identidades y diversidades.
Todo cambio genera así mismo su resistencia y este cambio de sinergias feministas en redes ha generado unas formas muy particulares de contraataque. Así mismo este nuevo escenario trae consigo nuevos discursos y acciones transnacionales que no serían posibles sin la presencia de las TICS. Se generan novedosos debates y acción sobre el cuerpo, ya sea a través de la crítica contra la censura de los pezones en instagram, como por la acción de apoyo mundial de mujeres que se cortan el pelo como forma de apoyo al uso obligatorio del hijab en Iran. Como consecuencia podemos hablar de un cambio de paradigma social que incluye la reflexión sobre nuevas masculinidades como parte necesaria y complementaria del cambio social.
Palabras clave: Feminismo, identidad, nuevas tecnologías, TICS, masculinidades, cuerpo.
El presente artículo pretende analizar la importancia de las nuevas tecnologías en la implosión de los feminismos actuales y cómo, en consecuencia podemos hablar de un nuevo paradigma social. Analizaremos cómo se han creado las redes feministas a través del big data, cómo los discursos atraviesan no sólo la red sino la forma de producirlos creando tensiones entre identidades y diversidades.
Los antecedentes más cercanos del feminismo desde un punto de vista eurocéntrico y estadounidense, se podrían resumir en cuatro grandes olas que han marcado hitos históricos. La primera ola, que se inicia con la revolución francesa y con la reivindicación de derechos civiles y derechos a la educación igualitaria a finales del siglo XVIII. La segunda ola, a mediados del siglo XIX, que se podría identificar con el movimiento sufragista en la búsqueda de derechos sociales y políticos. La tercera ola que arranca durante los 60 y 70 cuya característica inicial fue visibilizar que lo personal es político y durante la diferentes décadas se han trabajado temas que van desde la sexualidad, el feminismo poscolonial que incorpora factores de raza, etnia y religión, la construcción de identidades o la orientación sexual y de género.
Actualmente nos encontramos en esta última cuarta ola que tiene que ver con la ocupación de un nuevo espacio, Telépolis, un espacio no habitable físicamente pero sí a nivel social. Aunque no existe una fecha concreta, el inicio lo podríamos situar a principios del siglo XXI con la aparición del ciberfeminismo. En el 2012 se conoció la violación grupal de una joven en un autobús de Nueva Delhi que movilizó a un gran número de personas en la India siendo un punto de inflexión importante en las movilizaciones internacionales. Otro hito importante fue la aparición del hashtag #metoo, promovido por la actriz Alyssa Milano en donde se animaba a las mujeres a denunciar el acoso sexual tras el caso de Harvey Weinten, productor de Hollywood, denunciado por acoso sexual.
Por otro lado tenemos un caso actual en Irán en el que muchas mujeres en Iran se han quitado en público el hijab, lo han quemado y se han cortado el pelo como protesta por la muerte de Mahsa Amini, una estudiante de 22 años, que murió el 16 de septiembre del 2022 después de que la policía de la moralidad la golpeara, aparentemente por llevar un hijab suelto. El acto de cortarse el pelo se ha hecho viral a través de la redes y mujeres de todo el mundo algunas de ellas famosas, se han cortado el pelo en público como forma de apoyo a las mujeres iraníes. Este acto “europeizado” en las redes tiene una crítica desde los feminismos islámicos debido a la imposición de una mirada colonialista y apropiacionista.
Ahora bien, en mi tesis quiero plantear varias cuestiones, entre ellas ¿qué características diferenciadoras tiene este tercer espacio del espacio urbano material para producirse ese cambio de paradigma en el feminismo?, ¿este nuevo espacio relacional se define por dimensiones físicas o por relaciones entre personas afines? ¿La sororidad se amplifica dentro de estos nuevos espacios y de qué manera?, Cómo este nuevo espacio genera nuevos discursos, nuevas formas de discursos y nuevas maneras de difusión y a la vez preguntarnos si ese espacio o Telépolis es modificada por el feminismo. Dicho de otra manera ¿las TICs han transformado el debate y la acción del feminismo y el feminismo a transformado Telépolis? ¿Los algoritmos hacen posible las interconexiones por afinidades?
El nuevo espacio virtual se caracteriza por el cuerpo ausente, la no materialidad, lo electrónico. El espejo es un reflejo de nosotras igual que un vídeo es una construcción. Esto mismo pasa en instagram, donde hay una construcción de los cuerpos, un ente imaginario, unas representaciones que nos permiten tener diferentes identidades. Pero resalta el hecho de que en plataformas como instagram el cuerpo femenino no dispone de las mismas libertades que el masculino. Los pezones han de taparse porque se sexualizan. Sería interesante preguntarnos si el cambio reside en dejar de imaginarlos sexualizados o en permitir mostrarlos en las mismas condiciones sin importar las subjetividades, permitiendo una agencia de la mujer para decidir sobre el imaginario de sus cuerpos y de los otros.
Algo parecido ocurrió en la segunda ola con el sufragismo. Había una corriente, aplaudida por algunas feministas que abogaban por la abstinecia o continencia sexual como propuesta de control de la natalidad y de las infecciones venéreas, ya que unían maternidad y sexualidad. Por otro lado había otra corriente que defendía la liberación sexual separándola de lo reproductivo (Romero Pérez, 2015: p. 160).
La ocupación del espacio virtual destaca por el desplazamiento del espacio comunicativo en donde deja de ser importante la extensionalidad (ocupación del espacio por parte de un cuerpo durante un periodo de tiempo) (Rius Oliva, 2004, p. 24) y es sustituido por los nodos, las retículas, las relaciones y las conexiones. El mensaje se distribuye a gran velocidad a través de esas redes de sororidad. El hashtag sustituye al espacio, aparece la repetición en bucle y el reenvío constante, el acto comunicativo se puede dar en el asincronismo.
La creación de retículas y nodos se crea, en parte, gracias a los algoritmos que asocian a personas con similitudes. Es lo que conocemos como el Big Data, que más allá de estar al servicio de las grandes empresas para generar anuncios enfocados a un público determinado, también pasa por ir generando un entramado de nodos globales, en diferentes territorios, con intereses similares.
No obstante es importante no olvidar que, sin la ocupación de lugares físicos no existiría un verdadero cambio social. La tecnología es una facilitadora, pero no es suficiente para garantizar la transformación social (Castells, 2009, p. 49). En nuestro caso, el feminismo no ha dejado de ocupar las calles, ya sea para organizar una huelga general e internacional y manifestación el 8 de marzo del 2018, apoyado por diferentes hashtag #lasperiodistasparamos, #silasmujeresparamos, #NosotrasParamos, etc. o para denunciar la violación de la manada apoyado por el hashtag #YoSiTeCreo. Es la desobediencia civil feminista, que va al margen de las instituciones, la que posibilitan un cambio, pero la desobediencia se da en ambos entornos, cuando lo simbólico se despliega tanto en el espacio físico como en el virtual.
Para hablar de feminismo en la red es necesario entender que hay un elemento de clase y de privilegios. No todas las mujeres tienen acceso de la misma manera a los recursos que ofrece la red, ya sea por su ausencia o por las tecnologías que disponen. Partiendo de este punto es importante resaltar cómo aparece un desplazamiento y multiplicación del centro. El concepto de otredad y de alteridad se amplia, mostrándonos realidades y pensamientos que van mucho más allá de nuestro entorno físico más cercano. El otro tiene voz propia amplificada en la red y tú como mujer compartes algunas de sus opresiones y otras encuentran un espacio de visibilización permitiendo una autocrítica, en algunos casos, que movilizan los discursos que circulan..
Es por esto que, aunque desde las sufragistas con la forma de regulación de la natalidad a través de la castidad o la separación del binomio sexualidad/maternidad, o con la tercera ola cuando se generan discursos en relación a las consecucencia del poscolonialismo, el debate sobre las identidades o la intersexionalidad del feminismo, etc, en la cuarta ola se produce un debate público en el que parece diferentes feminismos dialogan con diferentes intensidades pero sin lugar a dudas, enriqueciendo la reflexión en torno a los derechos de las mujeres.
Los discursos de 280 caracteres de Twitter no pueden generar un discurso complejo o desmontar planteamientos patriarcales asentados en la sociedad pero sí que pueden desarrollar un argumento cómplice o aprovechar discursos que ya están circulando (de Miguel, 2015, p. 2-3) Es por esto, la importancia de las redes, nodos y telaraña de conexiones que posibilitan la difusión de miles de tweets que se validan por interrelación.
El espacio virtual, al igual que el físico, no está exento de la aplicación de la violencia, incluso se utiliza el mismo tipo de argumentos en uno y otro “Si no te hubieras vestido así no te hubieran violado” “Si no te hubieras expuesto tanto en internet no te atacarían con tantos comentarios” Hay comunidades que se dedican a boicotear e insultar a las mujeres. Es conocido el caso de una gamer Zoé Quinn en el 2015 que fue trolleada, acosada y agredida por gamers de todo el mundo encabezado por su exnovio, o el de Alicia Murillo, también acosada en el 2014 por redes e incluso por el móvil por agresores que se identificaban mayormente como parte de la comunidad de Foro Coches. (Martu, p.6). La respuesta a esto, si es posible, no ha de ser la autocensura, sino la revindicación de derechos en las plataformas que eviten estas violencias o acciones de autodefensa en la red.
Es interesante resaltar la existencia de iniciativas como Trollbusters que mandan mensajes positivos masivos a mujeres que enfrentan violencia en línea, haciendo que los mensajes de los acosadores queden en un segundo plano. Aquí vuelve a tener más importancia la velocidad en la que se transmite la información, que es capaz de solapar la violencias y dejarlas en un segundo plano dando soporte emocional en momentos de crisis. El espacio de la red es ocupado, no teniendo en cuenta la dimensión como es el caso de la realidad física, sino la información transmitida a través de redes de sororidad generadas en parte por el Big Data.
A modo de síntesis y conclusión podemos afirmar que efectivamente las TICS han dejado una imprenta en el feminismo propiciando la aparición de una cuarta ola caracterizada por la extensionalidad, la generación de redes de sororidad y difusión gracias a los algoritmos. Las conexiones abren un camino de lo local a lo global y viceversa. Se hace visible la heteregoneidad de pensamiento colocándonos en la otredad y a la vez haciendo alianzas con todas estas características. El espacio urbano y social, físico es bidireccional con el espacio virtual. Ambos son afectados, pero para que haya un cambio social real tiene que pasar por lo físico, por ocupar las calles y por la desobediencia civil.
Ante las violencias se crean respuestas en la propia red, herramientas de autodefensa, que hacen que los espacios virtuales sean más transitables. Se amplifican los mensajes pero también se hace evidente el lugar del privilegio y el nuevo colonialismo paternalista que puede llevar la red, como es el caso de Iran y el hijab comentado en el artículo.
La red, el espacio virtual, a permitido la multisincronisidad, el aprendizaje y difusión de discursos sin necesidad de coincidir temporalmente, vídeos, podcasts, libros digitales, etc…
Y es cuando las mujeres hemos ocupado estos espacios virtuales y los hemos habitado a través de representaciones, de la imaginación y de las alianzas lo que ha hecho posible esta cuarta ola tal y como la conocemos. Si no hubiera habido este espacio virtual el cambio de paradigma se hubiera dado pero en otras condiciones.
* Atribución de imágenes: Imágenes libres de derechos de Freepik
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1. Abstract
2. Introducción
2.1. Redes sociales: una nueva forma de comunicación
2.2. ¿Qué es shareting?
2.3. Niños en las redes sociales: un éxito asegurado
3. Consecuencias: el riesgo del menor
3.1. El menor como un producto
3.2. Pornografía infantil
3.3. Grooming
3.4. Huella digital
3.4.1. Fraudes
3.4.2. Ciberacoso
3.5. El derecho a la intimidad
3.6. Efectos psicológicos
4. Posibles soluciones
4.1. La educación en el mundo digital
4.2. Aplicaciones y advertencias
4.3. La geolocalización
5. Discusión y conclusiones
6. Bibliografía
Con el auge de las redes sociales, la forma de comunicación ha evolucionado notablemente y ha llevado a que los usuarios tengan la necesidad de postear su vida, bajo la premisa de obtener la aceptación y los halagos de los demás, en su mayoría desconocidos.
En sí, estos actos conllevan problemas independientes, que se agravan cuando los protagonistas son menores de edad, incapaces de dar su consentimiento, y que son expuestos por sus progenitores, quienes se supone que deben protegerlos y velar por su seguridad. Con esto, aparece un nuevo concepto llamado Sharenting (la unión de Share, compartir y parenting, crianza) el cual ha llegado para quedarse.
La publicación de vídeos y fotografías de niños y niñas en las redes sociales, puede provocar, ya sea a largo o corto plazo, daños tan graves como la pornografía infantil, el groming, fraudes, ciberacoso e incluso robo de identidad. La exposición de los menores de edad vulnera los derechos básicos de todo humano: el derecho a la intimidad.
Palabras clave: Paternidad, menores de edad, grooming, derecho a la intimidad, sharenting.
Aunque las redes sociales existen desde el año 1997, la que tuvo más éxito y creó un antes y un después en este sector, fue, sin duda, Facebook, que nació en el 2004 y en tan solo cinco años alcanzó la friolera cifra de 350 millones de usuarios en todo el mundo. En esta popular red social, los internautas podían inicialmente publicar fotos, informar sobre sus gustos musicales e interactuar con sus amigos. A medida que Facebook evolucionó se añadieron “mejoras” como el muro, donde en los perfiles de cada uno, podían escribir mensajes para que los demás los vieran, o la biografía, donde aparecían datos personales. Esta biografía terminó siendo obligatoria para el uso de la red social. Ya entonces se comenzó a discutir sobre la pérdida de intimidad. En el 2010 nació Instagram, una aplicación y red social, enfocada solo a la publicación de fotografías. En enero del 2022 esta app contaba con más de 1.400 millones de usuarios activos, número que incrementa día a día; no obstante, Facebook pese a perder popularidad con la aparición de otras redes sociales, continúa siendo la que tiene más usuarios:
Como se puede observar, los datos muestran que la mayoría de personas con acceso a Internet, usan una o varias redes sociales.
Sharenting es un anglicismo compuesto por dos términos: Share (compartir) y parenting (crianza) y se refiere al hecho de que padres y madres comparten información personal, imágenes y vídeos de sus hijos e hijas, en su mayoría sin su consentimiento. Esta práctica se hizo tan habitual que la palabra Sharenting fue incluida en el diccionario británico Collins en el año 2016.
No se conoce ningún otro momento en la historia en que una generación de niños haya tenido una infancia tan pública.
Las redes sociales son un éxito y son extremadamente adictivas: consiguen que los usuarios sientan satisfacción cuando reciben los famosos likes una opción que tienen todas —o casi todas—. Pero además de esto, han permitido que nazca el concepto de influencer, personas que se ganan la vida a base de la publicación de su vida en las redes sociales, trabajando con marcas que han aprovechado esta brecha en el mercado para colarse. Esto quizás, no podría llegar a ser un problema en sí, sino fuera porque de esta nueva forma de vida, han aparecido numerosos padres que también han querido llevarse su porción del pastel, ya sea mostrando su día a día con sus hijos, o incluso creando una red social donde exclusivamente aparecen solo los niños. Un ejemplo lo tenemos en la cuenta de Youtube de una niña de 7 años llamada Anastasia Radzinskaya. Su canal llamado Like Nastya cuenta con 101 millones de suscriptores (octubre del 2022).
Esta niña es una de las youtubers mejor pagadas, y según la revista Forbes, cuenta con unos ingresos de 25 millones de euros anuales (2021). En su canal de Youtube, relata todas las actividades diarias y cotidianas de su vida.
Otro ejemplo más reciente de éxito en las redes sociales de parte de niños los tenemos en la cuenta de Instagram del hijo de una influencer llamada Sara Revuelta, que tiene menos de un año y cuenta con 45.300 seguidores. Curiosamente, en su biografía aparece un texto que dice: “No usar fotos sin permiso”.
A parte de cuentas propias de niños y niñas (obviamente gestionadas por los progenitores) tenemos canales de Youtube donde muestran la paternidad día a día, como el caso de Verdeliss, madre de seis hijos. Posiblemente si su canal se hubiera dedicado a otro tema y sin la aparición de sus hijos, nunca hubiera llegado al éxito con el que cuenta: 2,14 millones de suscriptores en octubre del 2022.
Otro concepto nuevo que ha nacido fruto de las redes sociales es el de instamami. Basta con buscar esta palabra clave en instagram para encontrar más de 278 mil resultados de publicaciones que usan este hashtag.
A primera vista, se encuentran ya fotos de menores y lleva a perfiles de madres con cuentas dedicadas de forma exclusiva a sus pequeños.
Aunque a simple vista puede parecer que se tratan de fotografías y vídeos hechos sin ninguna malicia, si se ahonda bien se encuentran vídeos donde el menor es humillado, donde se pretende que el público se divierta a costa de los niños. En TikTok encontramos muchos ejemplos de todo tipo, los cuales siguen trends (tendencias, corrientes que se hacen virales y los creadores se basan para hacer sus vídeos). Por ejemplo, se le dice a las niñas que se va a maquillar de algo y después las humillan caracterizándolas como los Minion.
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Otro trend muy popular fue uno en que se usaba un filtro para asustar a sus bebés. Los dejaban solos en una habitación a oscuras, encerrados para grabar sus reacciones. Un ejemplo:
Si uno se para a leer los comentarios, puede encontrar dos frentes: los que consideran que es desternillante y los que no encuentran la gracia y recriminan que hagan algo así con niños pequeños. El debate es constante en esta clase de publicaciones.
Desde vídeos donde la madre castiga a su hijo y lo graba y publica (como el caso reciente de Samantha Vallejo-Nágera), padres que ejercen violencia en peluches para que sus bebés coman, o incluso mujeres que bailan sensuales sobre sus bebés como si estuvieran en un bar de estriptís, son solo la punta del iceberg de lo que pueden llegar a hacer algunos padres y madres para conseguir la aprobación, el beneficio económico y las “risas” de su público invisible. Aquí, el menor se convierte en un mero producto, sin tener en cuenta sus sentimientos y el daño emocional que puede causarles esta exhibición pública tan íntima en sus vidas.
Los vídeos e imágenes publicadas por los padres y madres (o a veces los propios menores cuando tienen acceso y libertad para tener su propias redes sociales) pueden terminar en lugares tan atroces como en películas de contenido sexual. Aunque los progenitores al colgar este contenido pueden pensar que solo se trata de una foto graciosa y digna de compartir de su hijo en la playa, o en la piscina, sin ser conscientes del peligro derivado de este inocente hecho. Existen miles de pedófilos que buscan esta clase de contenido para su enferma satisfacción, ya sea usando las propias imágenes o haciendo montajes con ellas. En el siguiente vídeo, la policía nacional advierte de los dañinos efectos que pueden conllevar:
El grooming es el acoso sexual que pueden sufrir menores por parte de adultos a través de medios digitales. En un inicio, el acosador se gana poco a poco la confianza del niño o adolescente para posteriormente involucrarle en una actividad sexual. Los acosadores suelen hacerse pasar por menores en las redes, robando su identidad, con imágenes que no son difíciles de conseguir. Un estudio hecho por Save The Children desveló, mediante una encuesta a 400 jóvenes entre 18 y 20 años en España, que uno de cada cinco había sufrido grooming, y el 15 % en más de una ocasión. La edad media de la primera vez fue de 15 años.
La publicación de imágenes y vídeos pueden dar la suficiente información para que el depredador sepa de su víctima: una simple foto de un niño con su uniforme escolar da las suficientes pistas.
La huella digital es un concepto que se refiere al vestigio de información digital que se deja cuando se utiliza Internet.
Aunque los padres y madres no suelen pensar más allá de la inocente fotografía de un momento gracioso de sus pequeños, los retazos de información que queda es apabullante: desde su nombre y apellidos, su escuela, el nombre de sus profesores, de sus mascotas, su fecha de nacimiento… información muy valiosa si se sabe cómo usarla cuando se tienen las herramientas y conocimientos de ingeniería social. Con esta información es posible que los menores en un futuro sean víctimas de toda clase de fraudes.
Las víctimas de acoso escolar, antes de las redes sociales, podían sentirse tranquilas cuando estaban fuera del centro educativo. Esto ahora no es así, ya que los agresores han encontrado otro método para atormentar a sus víctimas. Las fotografías y vídeos posteados por sus padres pueden alimentar las burlas y vejaciones en esta clase de casos.
Existen varias leyes y artículos que hablan sobre el derecho a la intimidad de los menores de 16 años.
Por ejemplo el artículo 18.1 de la Constitución, cito textualmente:
“Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.”
“La Ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.”
Estos derechos se desarrollan en la Ley Orgánica 1/1982:
Artículo 2.2: No se apreciará la existencia de intromisión ilegítima […] cuando el titular del derecho hubiere otorgado al efecto su consentimiento expreso.
Artículo 7: Tendrán la consideración de intromisiones ilegítimas:
7.5: La captación, reproducción o publicación por fotografía, filme o cualquier otro procedimiento, de la imagen de una persona en lugares o momentos de su vida privada o fuera de ellos, salvo los casos previstos en el artículo 8.2, que dice lo siguiente:
“La información gráfica sobre un suceso o acaecimiento público cuando la imagen de una persona determinada aparezca como meramente accesoria.”
A la misma vez, la Ley 1/1996 establece en su artículo 4 que:
“Los menores tienen derecho a la intimidad personal y familiar, al honor y a la propia imagen. Este derecho comprende también la inviolabilidad del domicilio familiar y de la correspondencia, así como del secreto de las comunicaciones. La difusión de información o la utilización de imágenes o nombre de los menores en los medios de comunicación que puedan implicar una intromisión ilegítima en su intimidad, honra o reputación, o que sea contraria a sus intereses, determinará la intervención del Ministerio Fiscal […]. Se considera intromisión ilegítima en el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen del menor, cualquier utilización de su imagen o su nombre en los medios de comunicación que pueda implicar menoscabo de su honra o reputación, o que sea contraria a sus intereses incluso si consta el consentimiento del menor o de sus representantes legales. Los padres o tutores y los poderes públicos respetarán estos derechos y los protegerán frente a posibles ataques de terceros.”
Es decir, que no se pueden publicar fotografías o vídeos de menores de edad sin el consentimiento previo de los padres o tutores legales. O sea, que la ley actual no dice nada de que los progenitores no puedan publicar fotografías o vídeos de menores de 16 años, aunque estos vulneren sus derechos y ataquen a su honor. Las leyes desde el punto de vista actual de las redes sociales no está preparada para hacer frente a todas las publicaciones de niños y niñas que se hacen cada día y no hay nada que parezca protegerlos.
Otro problema invisible causado por el Sharenting son los problemas psicológicos que pueden causar al menor: ansiedad, vergüenza, tristeza y preocupación, al no tener patria potestad ni saber que van a publicar sobre ellos en las redes sociales. Pueden pensar que otros compañeros se burlarán de ellos y usarán esas publicaciones para hacerles daño. A la larga, esto afecta a la salud mental de los más pequeños.
El auge de la tecnología ha llegado tan deprisa que la sociedad no ha podido actualizarse al unísono. A no ser que esas personas tengan una profesión relacionada con el mundo digital, la mayoría de personas no son conscientes de los peligros de Internet. Por esta razón existen tantos casos de Phishing, robo de datos, crímenes bancarios, etc. Considerando esto, no solo por el peligro de la publicación de fotos de menores, es importante que en los centros educativos se empiecen a impartir clases relacionadas. Y para los adultos, quizás la información debería darse de forma más directa y sencilla, y evitar textos tan largos para advertir sobre el uso de las redes sociales.
La mayoría de usuarios no leen las políticas de privacidad de los programas, apps o redes sociales que instalan, de igual manera no leen los manuales de instrucciones cuando se compran un televisor. Las redes sociales no son aptas para menores. La edad oscila dependiendo cual, en este caso vamos a ver que dice Instagram:
Instagram no recopila ni solicita conscientemente ninguna información de usuarios que no hayan cumplido aún los 13 años de edad, ni permite a sabiendas que dichas personas se registren en el Servicio. El Servicio y su contenido no están destinados a menores de 13 años. En el caso de que sepamos que recopilamos información personal de un menor de 13 años de edad sin el consentimiento paterno, eliminaremos esa información lo antes posible. Si consideras que podemos poseer alguna información de un menor de 13 años de edad o sobre este, ponte en contacto con nosotros.
Se vuelve a lo mismo: si son los padres o madres quienes publican fotografías o vídeos de sus hijos menores, son libres de recopilar y almacenar dicha información.
Quizás las redes sociales deberían incidir más en las consecuencias que conlleva el uso de las imágenes y dar otras alternativas a las mismas, como que sean privadas y solo sean públicas para personas de un solo grupo compuesto por familia y amigos.
Por defecto, la mayoría de las fotografías hechas con teléfonos celulares contienen metadatos, como la fecha, la hora, si se usó o no flash, la resolución en píxeles y las coordenadas donde se tomaron las imágenes. Con solo la imagen, es realmente sencillo extraer la información de geolocalización. Y aunque puede parecer que no tiene importancia, si se trata de una foto de un menor de edad, cualquier depredador podría aprovechar esta brecha para acercarse a su víctima. Es por esta razón, que los metadatos no deberían de poder leerse de forma tan fácil.
Algo similar pasa con las opciones que dan algunas redes sociales, que permiten mostrar el lugar exacto donde se tomó la foto en la misma publicación. Aunque la mayoría tienen esta opción desactivada por defecto, son pocas las personas que no lo muestran. Solo hace falta recurrir al Hashtag mencionado anteriormente Instamamis y echar un vistazo rápido a las publicaciones. No se tarda demasiado en encontrar una publicación en que se ve el lugar donde se ha tomado la foto:
Tal como hemos visto en el apartado 3.5, las leyes actuales no recogen ningún artículo que proteja de manera alguna la sobreexposición de los menores en las redes sociales, siempre que sean los tutores legales quienes las publican. Por otro lado, las redes sociales no permiten el uso de estas en manos de menores de 13 o 16 (depende de cual) por lo que todo queda en manos de los padres. Bajo esta premisa, sería interesante el análisis y la actualización de las leyes para protegerlos de estos vacíos legales, ya que con la publicación de sus imágenes y vídeos no tienen voz ni voto.
Casi todos los padres y madres que publican fotos de sus hijos en las redes sociales dirán algo como: son mis hijos y puedo hacer lo que quiera con ellos. Una frase llena de egoísmo. Y no es que sean mejores o peores padres que los que no publican nada, solo que sí son más ignorantes. Los peligros en Internet son apabullantes. Una vez, escuché (no recuerdo donde ni quien) que la publicación de fotos en redes sociales es como si antes de que existiera internet, fuéramos al centro de nuestra ciudad y repartiéramos fotos de nuestros hijos a desconocidos. Se pierde totalmente la pista y es imposible saber dónde terminarán ni qué harán con ellas. Otras personas pondrán como excusa que hay peligros en todas partes, como el siguiente usuario en Twitter cuando alguien critica las cuentas de Tik Tok protagonizadas por bebés y el peligro que conlleva:
El Sharenting se ha normalizado de tal manera que pocas personas con redes sociales e hijos no han publicado alguna vez imágenes. También hay casos en que los propios padres crean una red social para el menor incluso antes de que nazca. Es bonito conservar recuerdos de nuestros hijos e hijas, presumir de sus hitos, pero es importante que este hecho no nos ciegue para lo más importante: proteger a los menores todo lo posible. De la misma manera que no llevamos a nuestros hijos sin cinturón de seguridad o les dejamos cruzar la calle sin ir de la mano, las familias deberían tomar conciencia de que internet es un lugar maravilloso y al mismo tiempo un sitio donde no puedes confiar en nadie.
¿Qué es el sharenting y cómo afecta a tus hijos? Grupo Atico 34.
El peligro del ‘sharenting’ para nuestros hijos y cómo ser responsables. El Mundo.
Derecho a la intimidad y privacidad. Educarchile. 6 de agosto 2021.
2009: el año de Facebook. El País. 23 de diciembre del 2009.
Cuáles son las redes sociales con más usuarios del mundo (2022). Galeano.S. 28 de enero de 2022.
Sharenting: las consecuencias de un gesto inocente. Álvaro Iciar, N. 11 de mayo del 2022.
GROOMING QUÉ ES, CÓMO DETECTARLO Y PREVENIRLO. Save the children. 01 Julio del 2019
Qué es la huella digital y cuál es su importancia. Equipo Ambit. 7 de marzo de 2019.
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Debatecontribution 0en Práctica
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